LAS REFORMAS DE CARLOS III
La expulsión de los jesuitas se quiso aprovechar para
realizar una reforma de la enseñanza que debía fundamentarse en las disciplinas
científicas y en la investigación. Sometió las universidades al patronazgo real
y creó en Madrid los Estudios de San Isidro (1770), como centro moderno de
enseñanza media destinado a servir de modelo, y también las Escuelas de Artes y
Oficios, que han perdurado hasta el siglo XX (cuando pasaron a llamarse
Escuelas de Formación Profesional, EFP). Las propiedades de los jesuitas
sirvieron para crear nuevos centros de enseñanza y residencias universitarias.
Sus riquezas, para beneficiar a los sectores más necesitados, se destinaron a
la creación de hospitales y hospicios.
Promovió un nuevo plan de Estudios Universitarios, que fue duramente contestado por la Universidad de Salamanca, proponiendo un plan propio, que a la postre fue implantado años después.
Promovió un nuevo plan de Estudios Universitarios, que fue duramente contestado por la Universidad de Salamanca, proponiendo un plan propio, que a la postre fue implantado años después.
Durante el gobierno de Carlos
III, la monarquía española introdujo también una gran cantidad de reformas
económicas que trajeron como consecuencia el aumento de los impuestos a los
criollos y habitantes de las colonias, así como la diversificación del cultivo
de muchos productos agrícolas.
La primera
gran reforma económica de los Borbones fue estimular la agricultura como actividad
económica para la producción de algún excedente, y que no se limitara
exclusivamente al autoabastecimiento. El objetivo era incrementar la producción
de materias primas indispensables para la metrópoli como caña de azúcar, cacao,
quina, madera, tabaco y cueros.
El comercio
también se vio afectado con las reformas. Uno de los problemas que los monarcas
Borbones y Habsburgo no habían podido resolver, era el contrabando. Los ingleses,
portugueses y holandeses, inundaban los puertos de la Nueva Granada con
mercancías de contrabando que se conseguían a un precio sustancialmente menor
que el de los productos traídos de España.
En un
intento por controlar el contrabando, la corona española fomentó el comercio
entre las colonias, y entre éstas y España. En este sentido, autorizó el libre
comercio entre los puertos españoles y americanos. Además, inició la
construcción y adecuación de una flota de guerra que combatiera a los piratas y
contrabandistas, especialmente a los británicos.
En 1719, se
creó el virreinato de la Nueva Granada, con el fin de centralizar los asuntos
judiciales de las Audiencias de Quito y Santa Fe. El virreinato se suprimió por
problemas económicos en 1724, y se restableció nuevamente en 1740.
Quizá la
reforma borbónica más importante en el aspecto económico, fue la reorganización
de la Hacienda y el Tesoro Real. Durante gran parte del periodo colonial, la
evasión de impuestos por parte de los contribuyentes, y la apropiación indebida
de los tributos por parte de los funcionarios, fueron los grandes males de las
finanzas españolas.
Con la
creación de las intendencias, los Borbones tenían como objetivo terminar con
los fraudes fiscales y optimizar el proceso de recaudación de los tributos.
Para tal fin, nombraron funcionarios de su más absoluta confianza y les pagaron
salarios elevados para que no sucumbieran ante la corrupción reinante en las
colonias. Estos nombramientos privilegiaron a los españoles sobre los criollos.
La aristocracia criolla, al verse apartada de las responsabilidades políticas,
inició movimientos en contra de la monarquía española que contribuyeron
paulatinamente a la independencia de las colonias.
La reforma
de la Hacienda se tradujo en el aumento del número y el valor de los impuestos.
En la Nueva Granada, particularmente, la creación de una contribución llamada
Armada de Barlovento, y el aumento de la alcabala, provocaron la insurrección
de los comuneros.
VIRGINIA LÓPEZ-REY GARCÍA
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