domingo, 7 de abril de 2013

LAS REFORMAS DE CARLOS III


LAS REFORMAS DE CARLOS III 
La expulsión de los jesuitas se quiso aprovechar para realizar una reforma de la enseñanza que debía fundamentarse en las disciplinas científicas y en la investigación. Sometió las universidades al patronazgo real y creó en Madrid los Estudios de San Isidro (1770), como centro moderno de enseñanza media destinado a servir de modelo, y también las Escuelas de Artes y Oficios, que han perdurado hasta el siglo XX (cuando pasaron a llamarse Escuelas de Formación Profesional, EFP). Las propiedades de los jesuitas sirvieron para crear nuevos centros de enseñanza y residencias universitarias. Sus riquezas, para beneficiar a los sectores más necesitados, se destinaron a la creación de hospitales y hospicios.

Promovió un nuevo plan de Estudios Universitarios, que fue duramente contestado por la Universidad de Salamanca, proponiendo un plan propio, que a la postre fue implantado años después.
Durante el gobierno de Carlos III, la monarquía española introdujo también una gran cantidad de reformas económicas que trajeron como consecuencia el aumento de los impuestos a los criollos y habitantes de las colonias, así como la diversificación del cultivo de muchos productos agrícolas.
La primera gran reforma económica de los Borbones fue estimular la agricultura como actividad económica para la producción de algún excedente, y que no se limitara exclusivamente al autoabastecimiento. El objetivo era incrementar la producción de materias primas indispensables para la metrópoli como caña de azúcar, cacao, quina, madera, tabaco y cueros.
El comercio también se vio afectado con las reformas. Uno de los problemas que los monarcas Borbones y Habsburgo no habían podido resolver, era el contrabando. Los ingleses, portugueses y holandeses, inundaban los puertos de la Nueva Granada con mercancías de contrabando que se conseguían a un precio sustancialmente menor que el de los productos traídos de España.
En un intento por controlar el contrabando, la corona española fomentó el comercio entre las colonias, y entre éstas y España. En este sentido, autorizó el libre comercio entre los puertos españoles y americanos. Además, inició la construcción y adecuación de una flota de guerra que combatiera a los piratas y contrabandistas, especialmente a los británicos.
En 1719, se creó el virreinato de la Nueva Granada, con el fin de centralizar los asuntos judiciales de las Audiencias de Quito y Santa Fe. El virreinato se suprimió por problemas económicos en 1724, y se restableció nuevamente en 1740.
Quizá la reforma borbónica más importante en el aspecto económico, fue la reorganización de la Hacienda y el Tesoro Real. Durante gran parte del periodo colonial, la evasión de impuestos por parte de los contribuyentes, y la apropiación indebida de los tributos por parte de los funcionarios, fueron los grandes males de las finanzas españolas.
Con la creación de las intendencias, los Borbones tenían como objetivo terminar con los fraudes fiscales y optimizar el proceso de recaudación de los tributos. Para tal fin, nombraron funcionarios de su más absoluta confianza y les pagaron salarios elevados para que no sucumbieran ante la corrupción reinante en las colonias. Estos nombramientos privilegiaron a los españoles sobre los criollos. La aristocracia criolla, al verse apartada de las responsabilidades políticas, inició movimientos en contra de la monarquía española que contribuyeron paulatinamente a la independencia de las colonias.
La reforma de la Hacienda se tradujo en el aumento del número y el valor de los impuestos. En la Nueva Granada, particularmente, la creación de una contribución llamada Armada de Barlovento, y el aumento de la alcabala, provocaron la insurrección de los comuneros.
VIRGINIA LÓPEZ-REY GARCÍA

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