domingo, 7 de abril de 2013

EL MARQUÉS DE LA ENSENADA


Zenón de Somodevilla y Bengoechea, más conocido como el Marqués de la Ensenada, fue un político ilustrado español y estadista nacido en La Rioja un 20 de abril de 1702, quien llegó a ocupar puestos de importancia tales como secretario de Estado o notario de los reinos de España, entre muchos otros, además de haber sido consejero de Estado durante los reinados de Felipe V, Fernando VI y Carlos III.
Nacido en una familia con ascendencia noble aunque con problemas económicos, con lo cual trabajó en el transporte marítimo y trepó puestos hasta llegar a secretario del almirante infante don Felipe. Luego de la muerte del político Campillo le fue designado un puesto en el ministerio, en el cual desempeñó una serie de trabajos que más tarde le abrirían paso, así como su primer cargo de importancia, el nombramiento como Marqués de la Ensenada en 1736, por Felipe V, gracias a las recomendaciones de su hijo, futuro Carlos III.
Al estar en el servicio de Fernando VI, el conservador Ensenada intentó enmendar aquellos problemas que perjudicaban al gobierno, así como la importante creación de la armada española del siglo XVIII, fue un ministro clave de aquella etapa, junto con José de Carvajal y Lancaster, y secundado por el partido de la reina Bárbara de Braganza y los Alba.



Sus influyentes amistades, Ensenada era gran amigo de la dama de honor y amiga íntima de la entonces reina, María Luisa Gabriela de Saboya, entre otras personalidades de poder considerable, y sus aptitudes propias le proporcionaron un puesto seguro en el reinado de Fernando VI, siendo elegido para ocupar el cargo de capitán general y secretario de la esposa de Fernando, Bárbara de Braganza.

El ministerio de Felipe VI se vio presidido por Carvajal; como cartera de Estado, el mismo Marqués de la Ensenada; encargándose de Hacienda, Guerra, Marina e Indias, Alonso Muñiz; como Gracia y Justicia y el General Mina; en reformas internas del Ejército. Este gobierno se coordinaba de forma cordial, siendo Ensenada la primera voz, sin dejar de dar importancia a Carvajal hasta que finalmente, en 1748, el marqués se adjudica todas las responsabilidades del sistema político y reestructura todos los ámbitos del régimen, siendo la marina su mayor interés por la importancia en la posesión de territorios y la defensa de extranjeros
En 1749, maquinó un plan secreto junto con el actual Rey de España, Fernando VI, llamado Gran Redada, donde se arrestaron y asesinaron a casi 12.000 gitanos, los mayores de siete años fueron obligados a realizar trabajos forzados, mujeres y niños a cárceles o fábricas y todos sus bienes confiscados.

Se conoce en todo el continente que Ensenada es el cabecilla de gobierno, así pues diversas serán las propuestas de reformas de este marqués ilustrado;
1. Catastro de Ensenada: se certifica un nuevo prototipo de Hacienda, siendo reemplazado el anterior cobro de impuestos tradicionales por un único impuesto, el del catastro, además se redujeron las ayudas del Estado a las Cortes y el Ejército, ninguna de estas dos propuestas llegaron a cumplirse.
2. Hubo grandes cosechas, con remanentes oportunos, gracias a la abolición de las rentas provinciales o nuevas leyes sobre las tierras infértiles, también decretó nuevas leyes sobre casas y caballerizas reales, de obras y bosques.
3. La mejora de la carretera del puerto de Guadarrama, e incluye un impuesto sobre ella.
Mejora también la travesía entre del Ebro hasta Tortosa, favoreciendo así los puertos de Barcelona y Palma de Mallorca.
4. Creación de un proyecto histórico de Madrid, imprimiendo códices en árabe o griego.
5. Creación de una entidad bancaria, Giro Real, que nace en 1752, beneficiando transferencias monetarias de fondos públicos y privados fuera del país, donde el Estado sale siempre ganador y recaudando una vasta cifra sin necesitar las remesas de Indias que tan importantes eran en el reinado de Felipe V.
6. Se incrementaron los ingresos y disminuyó el fraude gracias al impulso del comercio con las colonias de América, donde se suprimen las aduanas y se liberaliza el coemrcio.
7. Aparece la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en 1752.

Es cuando entonces, a sus 44 años, alcanza la cúspide de su carrera y recibe la Orden de Toisón de Oro y la Gran Cruz de Malta, ambas símbolos de distinción exclusiva.
Pocos años más tarde encamina placenteramente las relaciones entre España y el Vaticano, así como el concordato con la Santa Sede, lo que garantiza a España el apoyo de la Iglesia a cambio de sumas de dinero y la supremacía del papado sobre los sacerdotes españoles. También paralizó un tratado con Portugal, previamente firmado, con la ayuda del Rey de Nápoles, por los beneficios que este llevaría a Gran Bretaña.

El rey destituye a su fiel ministro, quien había comenzado a actuar al margen del monarca y quien quería que una guerra inevitable entre España y Gran Bretaña estallase. Francia y sus intermediarios en Madrid procedieron a comenzar el secreto ataque a Belice y la Costa de los Mosquitos. El rey mandó a Carvajal a hablar con Ensenada mientras que el Duque de Huéscar, amigo del soberano, oprimió a Fernando por consejo de Carvajal para mantener la neutralidad en la costa. Tras la súbita muerte de Carvajal, Ensenada se vio envuelto en un gran asunto, ya que el embajador británico encontró pruebas donde había órdenes de guerra firmadas por el marqués sin conocimiento del rey.
Fue acusado de alta traición por encubrir órdenes de guerra, desterrado a provincias, luego a vivir bajo vigilancia en Granada y más tarde instalándose en Cádiz. A pesar de todo esto, en cada localidad gozaba de esas amistades que siempre le habían favorecido tanto. Así el gobierno británico respiró en paz por la separación de Ensenada del sistema político español.
El breve retorno del marqués a la corte, en 1760, con el reinado de Carlos III, lo que supuso un resumen de sus proyectos económicos en la Instrucción  Reservada a la Junta de Estado y llevó a cabo alguna de sus reformas. Perdió el cargo de consejero de Estado y Hacienda y miembro de la Junta del Catastro en el momento que estalla el Motín de Esquilache, donde no se sabe bien cuál fue su participación de la conspiración del motín. Carlos III dictamina su expulsión para calmar la demanda popular.
Fue desterrado por orden de Carlos III a Medina del Campo (Valladolid), donde falleció el 2 de diciembre de 1781.


Salomé Hernández Rodríguez

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