lunes, 8 de abril de 2013

LA LEY SÁLICA



EN FRANCIA

Esta ley fue completamente inexistente para los francos occidentales  y nunca se planteó problema sucesorio alguno, pues todos los reyes de la Dinastía de los Capetos dejaron siempre un hijo varón heredero. Sólo en 1316 se suscitó por primera vez este tipo de problema: el rey Luis X moría en este año, dejando una única hija de cuya paternidad se dudaba (su madre Margarita, primera esposa del rey, había sido encarcelada por adulterio), y a su segunda esposa, Clemencia de Hungría, embarazada: el hijo que iría a nacer de ella, de ser niño, sería rey; pero de ser niña, no se sabía bien qué ocurriría. Fue entonces cuando el regente, Felipe de Poitiers (hermano menor de Luis X), tuvo la iniciativa de promover y promulgar esta ley, según la cual las mujeres no podrían ser reinas de Francia. Cuando la reina viuda dio finalmente a luz un varón, éste se conviertió inmediatamente en rey con el nombre deJuan I de Francia; y cuando este rey-neonato murió inesperadamente a los cinco días de nacer (se sospecha de Mahaut de Artois como inspiradora de su muerte), su tío el Regente, en virtud de la ley recién aprobada, se conviertió en el rey Felipe V. La crisis sucesoria fue así resuelta de modo muy poco ético, pero eficaz. En esta primera época, la ley aprobada por Felipe de Poitiers fue conocida como ley de los varones, y fue la misma que motivó que en 1322 se apartase de la sucesión a las cuatro hijas de Felipe V en favor del hermano de éste, Carlos IV.
Cuando Carlos IV murió en 1328, Francia se encontró con la misma situación de 1316, dado que el monarca fallecido dejaba dos hijas y una reina viuda embarazada. Sólo que en esta ocasión los parientes varones más cercano eran: el regente, Felipe de Valois, que era primo paterno; y el recién proclamado rey Eduardo III de Inglaterra, que era sobrino materno por ser hijo de Isabel de Francia, hermana de Carlos IV, Felipe V y Luis X.
Para resolver la situación y evitar, además, el peligro de la absorción de la corona francesa por la inglesa, los Estados Generales hicieron la última modificación que conoció la nueva ley sucesoria: según ella, las mujeres estarían privadas para gobernar el reino, pero también para transmitir los derechos sucesorios a sus descendientes. De este modo, cuando la reina viuda Juana de Evreux dio a luz finalmente otra niña, Felipe de Valois se convirtió inmediatamente en Felipe VI de Francia. Esta modificación provocaría, sin embargo, el estallido de la muy sangrienta Guerra de los Cien Años, dado que Eduardo III (que al principio no se interesó por este asunto) declaró más tarde que la nueva ley de sucesión francesa era fraudulenta (en lo que no le faltaba razón) y reclamó tener mayores derechos al trono francés por ser él el único nieto varón vivo de Felipe IV de Francia.
EN SUECIA
En Suecia, el rey Carlos XIII, al carecer de descendencia, hizo aprobar la Ley Sálica en 1810 para poder controlar la herencia de su trono; de este modo, hizo nombrar heredero en primer lugar al príncipe Cristián de Augustenborg y, tras la muerte de éste, al mariscal Bernadotte. La ley se mantuvo en vigor hasta que el parlamento sueco la derogó en 1979 para proclamar heredera a la princesa Victoria.
EN ESPAÑA
En un mes de mayo de 1713, en concreto el día 10, el rey Felipe V promulgó en España la Ley Sálica por la que se impedía a las mujeres acceder al trono.
La Ley Sálica establece que las mujeres sólo podrían heredar el trono si no hay herederos varones en la línea principal, es decir hijos varones, o lateral, es decir hermanos o sobrinos. El objetivo final de Felipe V era evitar por todos los medios que los Habsburgo, o lo que es lo mismo la casa de Austria, pudiera recuperar el trono de España por la línea femenina.

Posteriormente, ya coronado como rey Carlos IV de España, hizo aprobar a las Cortes en 1789 una disposición para derogar la ley y volver a las normas de sucesión establecidas por el código de las Partidas. Sin embargo, la Pragmática Sanción real no llegó a ser publicada hasta que su hijo Fernando VII de España la promulgó en 1830, desencadenando el conflicto dinástico del Carlismo.
Esta distinción significante entre la Lex Sálica y la Ley de Sucesión es fundamental para comprender la pretensión jurídica del hermano de Fernando VII, el infante D. Carlos, al trono de España al cual tendría legítimamente derecho en función de la Ley de Sucesión Fundamental promulgada por Felipe V , mientras que con la restauración de la histórica del compendio de Alfonso X, llamado de las Siete Partidas, lo tendría su hija Isabel.
En nuestros días, esta ley no está derogada y el heredero al trono es el varón, es decir el Príncipe Felipe, sobre su hermana mayor la Infanta Elena. El problema se reabriría si los Príncipes de Asturias tienen un hijo varón ya que la primogénita que sucedería al Príncipe Felipe es su hija mayor, la Infanta Leonor.

VIRGINIA LÓPEZ-REY GARCÍA


1 comentario:

  1. Buena parte de esta entrada recuerda en demasía a otras páginas de internet (wikipedia).

    Atentamente,

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