Los príncipes electores en el Sacro Imperio Germánico eran
miembros del colegio electoral que tenían la función de elegir a los
emperadores de Alemania.
Se definen sus funciones y los primeros príncipes
electorales por la Bula de Oro de 1356. Durante y después del siglo XV, en realidad se limitaban únicamente a
formalizar lo que era, de hecho, una sucesión dinástica. Formalmente, elegían
al Rey de los Romanos, que se convertía en emperador del Sacro Imperio
únicamente cuando era coronado por el papa. Carlos V, Carlos I de España, fue
el último en ser coronado, sus sucesores fueron solamente emperadores elegidos.
Durante gran
parte de la historia del Sacro Imperio había siete príncipes electores, los
arzobispos de Maguncia, Tréveris y Colonia; el rey de Bohemia; el Conde
Palatino del Rin; el Duque de Sajonia y el margrave de Brandeburgo. Los tres
últimos son conocidos también como el Elector Palatino, el Elector de Sajonia y
el Elector de Brandeburgo.
Escudos de armas representando los siete príncipes electores originales con la figura de Germania.
Hasta 1508, los
recién elegidos reyes debían trasladarse a Roma para ser coronados emperadores
por el papa. No obstante, el proceso solía demorarse hasta la resolución de
algunos conflictos "crónicos": imponerse en el inestable norte de
Italia, resolver disputas pendientes con el patriarca romano, etc.
Las tareas habituales de un
soberano, como decretar normas o gobernar autónomamente el territorio, fueron
siempre, en el caso del emperador, sumamente complejas. Su poder estaba
fuertemente restringido por los diversos líderes locales. Desde finales del
siglo XV, el Reichstag (la Dieta) se
estableció como órgano legislativo del Imperio: una complicada asamblea que se
reunía a petición del emperador, sin una periodicidad establecida y en cada
ocasión en una nueva sede. En 1663, el Reichstag se transformó en una asamblea
permanente.
Una entidad era considerada
como un Reichsstand (Estado imperial) si, conforme a las leyes feudales, no
tenía más autoridad por encima que la del emperador del Sacro Imperio. Entre
dichos Estados se contaban:
·
Territorios gobernados por un príncipe o duque, y en algunos casos
reyes. (A los gobernadores del Sacro Imperio, con la excepción de la corona de Bohemia, no se les
permitía ser reyes de territorios dentro del Imperio, pero algunos gobernaron
reinos fuera del mismo, como ocurrió durante algún tiempo con el reino de la Gran Bretaña, cuyo rey era también Príncipe
elector de Brunswick-Luneburgo.)
·
Territorios eclesiásticos dirigidos por un obispo o
príncipe-obispo. En el primer caso, el territorio era con frecuencia idéntico
al de la diócesis, recayendo en el obispo tanto los poderes mundanos como los
eclesiásticos. Un ejemplo, entre muchos otros, podría ser el de Osnabrück . Por su parte, un
príncipe-obispo de notable importancia en el Sacro Imperio fue el obispo de Maguncia, cuya sede episcopal se encontraba en la catedral
de esa ciudad.
·
Ciudades
imperiales libres
El número de territorios
era increíblemente grande, llegando a varios centenares en tiempos de la Paz de Westfalia, no sobrepasando la extensión de muchos de ellos unos pocos kilómetros
cuadrados. El Imperio en una definición afortunada era descrito como una
"alfombra hecha de retales"(Flickenteppich).
REICHSTAG
El Reichstag o Dieta era el órgano legislativo del Sacro Imperio Romano
Germánico. Se dividía a fines del s. XVIII (1777-1797) en tres tipos o clases:
·
El Consejo de los electores, que incluía a los 8 electores del
Sacro Imperio Romano Germánico.
·
El Consejo de los príncipes, que incluía tanto a laicos como a
eclesiásticos.
·
El brazo laico o secular: 91 Príncipes (con título de príncipe,
gran duque, duque, conde palatino, margrave o landgrave) tenían derecho a voto;
algunos tenían varios votos al poseer el gobierno de más de un territorio con
derecho a voto. Asimismo, el Consejo incluía cuatro colegios que agrupaban a
unos 100 condes (Grafen) y Señores (Herren): Renania, Suabia,
Franconia y Westfalia. Cada colegio podía emitir un voto conjunto.
·
El brazo eclesiástico: Arzobispos, algunos abades y los dos
grandes maestres de la orden de los Caballeros Teutones y de los Caballeros Hospitalarios (Orden de San
Juan) tenían cada uno de ellos un voto (33 a fines del s. XVIII).
Varios abades y prelados más (unos 40) estaban agrupados en dos colegios:
Suabia y Renania. Cada colegio tenía un voto colectivo.
·
El Consejo de las 51 ciudades imperiales, que incluía
representantes de las ciudades imperiales agrupados en dos colegios: Suabia y
Renania, teniendo cada uno un voto colectivo. El Consejo de las ciudades
imperiales, no obstante, no era totalmente igual al resto, ya que no tenía
derecho de voto en diversas materias, como el de la admisión de nuevos
territorios.
Virginia López-Rey García.
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